Hoy hace un año te conocí.
Hoy hace un año pensaba que eras lo más maravilloso que me pudo haber pasado.
Hoy hace un año era el comienzo de lo que pudo haber sido el primer estallido de felicidad que sucedía en mi corazón.
Hoy hace un año te vi por primera vez, y jamás hubiera pensado que llegamos a las instancias a las que llegamos.
Hoy hace un año, despertaba una ilusión.
Hoy hace un año moría la niña y nacía la mujer.
Hoy hace un año, no sabía lo que pasaba.
Salí un día mintiendole a mi madre para verte.
Fuiste el último que me dió una flor.
Fuiste el primer beso sin complicaciones.
Fuiste la primera chispa de espontaneidad que encontraba.
Fuiste una sonrisa desde un colectivo.
Un encendedor robado.
Muchas facturas que sobraron.
Fuiste un mensaje de texto lleno de emoción alabando lo libre que me sentí.
Fuiste amor y no lo quise aceptar.
Hoy,
después de todo lo que me tocó vivir,
después de lo que maduré,
te conservo como un recuerdo importante de mi vida.
Y sí. A veces pienso en vos.
Y solía extrañarte.
Y llorarte.
Pero hoy puedo pasear por donde ibamos vos y yo, sin derramar una lágrima.
El otro día casi me chocabas con el auto, y no te busqué para nada. Ni paré a putearte.
Simplemente, huí.
Supongo porque quise mantenerte como ese recuerdo efímero de lo que fuiste para mí.
Y hoy quedó reducido a un beso en la estación.
Hoy hace un año pensaba que eras lo más maravilloso que me pudo haber pasado.
Hoy hace un año era el comienzo de lo que pudo haber sido el primer estallido de felicidad que sucedía en mi corazón.
Hoy hace un año te vi por primera vez, y jamás hubiera pensado que llegamos a las instancias a las que llegamos.
Hoy hace un año, despertaba una ilusión.
Hoy hace un año moría la niña y nacía la mujer.
Hoy hace un año, no sabía lo que pasaba.
Salí un día mintiendole a mi madre para verte.
Fuiste el último que me dió una flor.
Fuiste el primer beso sin complicaciones.
Fuiste la primera chispa de espontaneidad que encontraba.
Fuiste una sonrisa desde un colectivo.
Un encendedor robado.
Muchas facturas que sobraron.
Fuiste un mensaje de texto lleno de emoción alabando lo libre que me sentí.
Fuiste amor y no lo quise aceptar.
Hoy,
después de todo lo que me tocó vivir,
después de lo que maduré,
te conservo como un recuerdo importante de mi vida.
Y sí. A veces pienso en vos.
Y solía extrañarte.
Y llorarte.
Pero hoy puedo pasear por donde ibamos vos y yo, sin derramar una lágrima.
El otro día casi me chocabas con el auto, y no te busqué para nada. Ni paré a putearte.
Simplemente, huí.
Supongo porque quise mantenerte como ese recuerdo efímero de lo que fuiste para mí.
Y hoy quedó reducido a un beso en la estación.